martes, 28 de agosto de 2012

Lost in you...

"¿Y si nada fuera para siempre?"
Me quedé con aquella pregunta anudada en mi garganta mientras observaba como dormías tan plácido.
Hace unos días atrás, mientras hacía como si nada fuera a pasar, revisaba los recuerdos que siempre guardo en la caja más grande que tengo bajo la cama. La había sacado de su lugar habitual, y cumplía con la ceremonia habitual cuando me acerco a aquello que despierta mi alma.
Sacudo con un trapo la superficie, liberando la caja de todo el polvo acumulado con el tiempo, y cuidadosamente me dispongo a abrirla... y ahí, como siempre, perfectamente ordenados, esperando que haga el recuento de la vida que ya viví, repasando cada recuerdo tangible que tengo de aquello.
Reviso las fotos y te encuentro ahí, escondido detrás de un grupo de personas que ya no tienen importancia. Sé que estás ahí, porque sonríes ladino pero fuera de lugar... como yo antaño...
De pronto viene a mi mente el momento en que llegaste a mi vida... y te desvaneces tan pronto cuando recuerdo como desapareciste de mi...
Lo intento otra vez... intento recordar tus manos... tu aroma de muñeca, de esas que huelen a fruta, a dulce, a algo plácido, tan plácido y maternal que parecía no ser tu aroma...
Veo tus fotos y lloro...
Lloro porque ya no eres... no eres en mi lo que eras...
Me apego a tu recuerdo... lo hago hasta que duele y puedo decir "basta, me harté"... Pero vuelvo a mirar esa sonrisa que se escapa de la comisura de tus labios, esas que les hacía pensar a todos que estabas pendiente de todos, pero que en verdad, eran una sonrisa para mi... solo para mi.
Revuelco mi cuerpo en un azul profundo, el de tus ojos, y me echo a llorar.
Ha pasado tanto tiempo desde que te vi por última vez, cuando viniste a pedir disculpas por un error que no te atrevías a enfrentar. Estabas enamorado, y ninguno de los dos tenía la culpa, y el corazón es más fuerte a veces.
Recuerdo tus manos blancas deslizándose bajo mi falda. Tan suaves, y tan frías, recorriendo mis muslos mientras me besabas. Te recuerdo rasgando las medias y quitando a tirones el traje que usaba en cada presentación. Te recuerdo... te recuerdo acariciándole suavemente la espalda, mientras el dormía...
Se rompe mi corazón... mato mi dignidad con la vergüenza...
Me sonrojo... te amaba tanto que podía compartirte... compartirte con él. Pero tu no quisiste que él me compartiera contigo.
Te recuerdo aprisionándole contra la cama, mordiendo sus labios, acariciando su cuerpo, amándolo de la forma en que no me amabas a mi.
Me recuerdo entre ambos... desnuda... llorando... los amaba tanto como para dejarlos ir.
Me amaban tanto que se fueron sin dejar rastro... solo una foto... una sonrisa que solo yo veo... una sonrisa que existe solo por mi y que ya no veré más.

Que ganas de decirte que te extraño.
Que ganas de haber sabido antes que tu no eras para siempre....